martes, 11 de octubre de 2011

La meditación


Hace unos años algunos yo era uno de los que utilizaba el término meditación para referirme a la acción de pensar en cosas transcendentales. Cuando alguien permanecía callado y pensativo a veces le preguntábamos a manera de gracia si estaba meditando. La verdad es que meditar no tiene nada que ver con pensar, es más, meditar es todo lo contrario, es no pensar. Es mantener la concentración en algún objeto (físico o mental) sin permitir que ningún pensamiento se interponga en ello.

Imaginarnos a nosotros mismos sin pensamientos, no es evidente. Algunas personas le llaman tener la mente en blanco, sin embargo yo prefiero llamarlo tener la mente en silencio ya que seguimos consientes de nosotros mismos, de nuestro entorno y del objeto en el que estamos concentrados, pero desaparece de nuestra cabeza esa voz con la que pensamos. Esa voz que es la misma que muchos oímos en nuestra cabeza cuando leemos un texto en silencio, pero que también utilizamos para planear el futuro, recordar el pasado, soñar despiertos, etc., y que en muchas ocasiones llega y se va de nuestra cabeza de forma involuntaria e incontrolable, especialmente cuando nos exponemos a emociones fuertes, bien sean positivas o negativas.

Cuando usamos nuestra mente para planear algo que necesitamos llevar a cabo, o para recordar algo que nos es útil para el presente o el futuro podríamos decir que estamos utilizando nuestra mente de manera correcta. Pero si en cambio estamos tratando de concentrarnos en algo y de repente irrumpen en nuestra mente otros pensamientos con recuerdos irrelevantes, miedos sobre el futuro, pensamientos negativos, repetición de momentos agradables etc., es nuestra mente quien está ejerciendo control sobre nosotros.

La meditación es una especie de campo de entrenamiento para fortalecer nuestra capacidad de concentrarnos en una única actividad de manera prolongada y para hacernos conscientes de los pensamientos que cruzan nuestra cabeza y de las sensaciones físicas que se derivan de ellos, lo que nos facilita el profundo conocimiento de nosotros mismos. Empezamos a diferenciar claramente lo que es nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu o esencia de nuestro ser.

Después de hacer meditación durante un tiempo, nos damos cuenta de que empezamos a reaccionar ante los sucesos de la vida diaria ya no de manera automática dejándonos llevar por el impulso, sino de manera más consciente. Empezamos a contar con la capacidad de darnos cuenta de cómo esas sensaciones físicas empiezan a adueñarse de nuestro cuerpo sin que se adueñen de nuestra mente. Podemos decirnos a nosotros mismos en esos momentos "ahí esta de nuevo esa sensación fisica, pero es solo eso una sensación fisica, no soy yo" y continuar nuestras actividades con nuestra mente concentrada y serena. Así mismo empezamos a reconocer los pensamientos que hacen parte de nuestro condicionamiento derivado de nuestra educación y medio en el que vivimos.

La meditación funciona igual que el ejercicio físico, pero en vez de ejercitar nuestro cuerpo ejercitamos nuestra mente. Por lo tanto, entre más meditación hacemos más se fortalece nuestra mente, si paramos de hacerla nuestra mente se empieza a debilitar de nuevo y retomarla cuesta trabajo. Al igual que el ejercicio hay sesiones en las que tenemos mejor desempeño que en otras y ello depende de muchos factores, como la alimentación que hemos seguido, que tan bien hemos dormido, el estrés que hemos tenido, la continuidad etc.


No existe una buena o mala meditación, mas bien la meditación puede ser mas o menos profunda dependiendo de cuan concentrados y relajados estemos. Las meditaciones profundas se alcanzan cuando menos ansiosos estamos por alcanzar un resultado en la sesión, cuando lo unico que nos importa es meditar sin importar cuan profunda ésta va a ser.



Yo no soy un experto en meditación ni mucho menos, pero lo que les cuento en este post es lo que he leido y corroborado con mi experiencia. Llevo algo mas de un año y medio meditando y con dificultad, pero les puedo asegurar es que la meditación me ha ayudado muchísimo en momentos difíciles. Me ha ayudado a reducir la ansiedad sobre el futuro, a aceptar lo que la vida me pone en el camino con mayor tranquilidad y a fortalecerme para continuar adelante buscando mis sueños.

Para quienes quieran empezar a meditar, les diría que ante todo lo más importante es tener constancia y paciencia. Constancia para hacer la meditación lo mas regularmente posible y paciencia con sigo mismos cada vez que sientan que no están logrando concentrarse en cada sesión. La actitud que hay que tomar ante ello es de total tranquilidad, simplemente darnos cuenta que nos estamos distrayendo y volver al objeto de concentración una y otra vez, si ninguna clase de autoreproche ni juicio sobre la calidad de la meditación.

Les recomendaría comenzar con una meditación básica que consiste en cerrar los ojos y contar las inspiraciones de 1 hasta 4 y volviendo a comenzar en 1 durante diez minutos diarios, concentrándose únicamente en el hecho de respirar y retomar una y otra vez cuando surja una distracción. Lo unico que se necesita es hacerlo sentados (en una silla o en el suelo) y en un lugar donde no tengan interrupciones. Con el tiempo pueden ir aumentando esos diez minutos de acuerdo a como se sientan cómodos.

Si son principiantes y les interesa conocer mas del tema, les recomiendo leer los libros "Cómo meditar" de Lawrence LeShan, y "La práctica de la atención plena en nuestra vida cotidiana" de Bhante Henepola Gunaratana. La mayoría del contenido de este último libro también lo pueden encontrar aquí.


0 comentarios:

Publicar un comentario